martes, 17 de enero de 2017

Un aventurero, una suicida y una historia sin sentido


Un aventurero, una suicida y una historia sin sentido


Desde que era niño el mundo siempre me pareció un lugar aburrido, siempre lo vi como el parque de diversiones más aburrido del mundo. La vida consistía en lo mismo, levantarse temprano para ir a la escuela, convivir con familiares y amigos, ir a la universidad, graduarse, trabajar, ganar dinero, casarse, tener hijos, mantener una familia, llegar a viejo y al final sentarse en una silla pensando en lo aburrida que fue nuestra vida. Morir sin haber logrado algo que sea recordado por los años, algo por lo cual estar en los libros de historias, simplemente ser alguien más que pasó por esta vida.
Ese era mi pensamiento de niño, era un niño imaginativo. Soñaba con que mi vida fuera como un comic, un manga o alguna película de acción. Tanto era mi deseo que incluso llegue a amarrarme toallas a mi cuello imaginando que eran capas. Dejé de usar capas cuando me fracture el brazo al lanzarme de una altura de dos metros pensando que podía volar.
Cuando pase por la adolescencia mis ideas cambiaron, me levantaba en la mañana y recorría toda la cuidad en bicicleta pensando que tal vez encontraría una aventura, me metía en lugares abandonados creyendo que encontraría fantasmas, pero al final nunca encontraba nada. Con el pasar de los años mis ocurrencias terminaron y me deje llevar por esa corriente de aburrimiento por la cual nos arrastra la vida.    
Pero todo cambio cuando conocí a la chica del puente.
En mi último año de bachillerato me encontraba en una etapa de aburrimiento absoluto, mis días se habían vuelto tan monótonos y trillados que me provocaba colgarme de un árbol con un letrero que dijera “Esta es mi forma de saltar la cuerda”. Quería conservar mi sentido del humor hasta el final. Eran tan aburridos mis días que en ocasiones me dormía en clase, aunque pensándolo bien todos se duermen en clase.
Lo único que quería era tener una aventura, resolver un crimen, ir a un rio y descubrir un cadáver, impedir un ataque terrorista o fugarme con una miss universo. Así que un día decidí faltar a clases, agarrar mi bicicleta, una mochila con comida, algo de ropa y recorrer la ciudad.
En la mañana no paso nada  interesante, solo estuve pedaleando sin parar y una anciana casi me atropella al pasarse un semáforo en rojo. Lo que hizo preguntarme ¿por qué dejan que personas tan mayores sigan manejando? en serio, son un peligro para la sociedad. Al medio día encontré un lugar donde pude almorzar bajo la sombra de un árbol. La tarde también se estaba volviendo aburrida, lo único divertido que hice fue ayudar a un sujeto a cambiar el neumático de su carro, aunque en realidad lo cambie yo solo porque ese hombre se sentó a observarme. Cuando ya estaba oscuro me di cuenta de que nada iba a pasar y que lo único que había hecho era perder el tiempo. Decide tomar una avenida para llegar más rápido a mi casa. Por esa avenida se encontraba el puente que se conectaba con la ciudad vecina, cuando pase cerca de el vi a una chica al otro lado de la baranda con intensiones de saltar.
Frene de a golpe, miré a mi alrededor y me sorprendió que no pasara ni un vehículo. Por un momento me quede inmóvil sin saber como actuar, estaba presenciando un intento de suicidio. Yo estaba buscando una aventura, pero no pensaba que algo así pudiera ocurrir. Respire profundo y pedalee a toda velocidad hasta la chica. Me detuve a unos escasos metros de ella, me bajé de la bicicleta y camine lentamente hacia ella. Ella volteó y se me quedó mirando. Era una chica hermosa, eso me pareció raro porque las chicas hermosas casi siempre son felices, reciben la atención de todos y con picar el ojo lo consiguen todo.
-          ¿Me vas a ayudar o eres un morboso que se emociona con la muerte de otro?
Las palabras de la chica me hicieron recordar porque me había acercado a ella.
-          Vengo a ayudarte.
Ella resopló y miró hacia abajo, eso me asustó porque pensé que se lanzaría sin dejarme hablar. Sabía que tenía que decirle algo ingenioso, pero siempre fui malo con las palabras.
-          ¡Por fin! – grito la chica - ¿Dirás algo como que la vida es hermosa y vale la pena vivirla?
Siendo sincero no entendía a esa chica, tenía pensado lanzarse del puente pero a la vez me pedía que la ayudara. Definitivamente las mujeres son complicadas y difíciles de entender. No tenia tiempo que perder así que dije lo primero que vino a mi mente.
-          Realmente considero que la vida es aburrida y monótona.
-          ¿Y con eso me quieres salvar?
-          Bueno, tal vez no soy muy bueno en esto… pero, desde hace años he querido tener una aventura y ahora mira, te encontré.
-          ¿En serio? ¿Quieres salvarme para solo tener una aventura conmigo? Eres un degenerado.
Como dije, nunca fui bueno con las palabras.
-          No me refiero a esa clase de aventura, no quiero tener una ventura contigo; a menos que tú quieras tener una – ella me miró con desdén, no era el momento de bromear -. Lo que quiero decir, es que sueño con hacer algo extraordinariamente extraordinario y ahora estoy aquí para salvarte, salvar una vida es algo heroico.
-          ¿Y que harás si decido lanzarme?
-          Saldré en los periódicos y la televisión preguntando ¿por qué no pasaba un vehículo en la avenida más transitada de la ciudad en la cual ocurren accidentes automovilísticos dos veces al mes a altas horas de la noche?
Mi comentario la hizo reír, yo también reí. Me acerque y la ayudé a pasar la baranda. Lo más inteligente que podía hacer era llamar a la policía, preguntarle donde vivía o por qué quería saltar, pero en vez de eso la lleve a mi casa.
Antes de salir en busca de una aventura le había dejado una nota a mis padres explicándoles porque llegaría tarde ese día. Porque tenía que estudiar para mis exámenes, Dios bendiga la inocencia de mis padres.
Llegamos cerca de la media noche, entramos silenciosamente hasta que la bicicleta me cayó en el pie cuando traté de cerrar la puerta. Rápidamente le señale mi habitación a la chica y ella corrió como si huyera de la policía. Mi padre salió asustado y con un desodorante en spray en la mano, esa arma solo ayudaría si entrara un ladrón con el ala muerta. Al ver que era yo  volvió a la cama. Guarde la bicicleta y fui a mi habitación.
La chica misteriosa estaba sentada en mi casa observando toda mi habitación. No entendía que estaba buscando, me quite mi mochila y saque un paquete de galletas rellenas de vainilla. No entendía muy bien a la chica, pero deduje que tenia hambre y si ella no tenia hambre yo si tenia. Efectivamente si tenia hambre porque cuando abrí el paquete empezó a comer.
-          ¿Tienes una colchoneta? – me preguntó al terminar el paquete.
Fue cuando entendí la razón por la que estaba mirando toda mi habitación, buscaba una colchoneta o algo donde pudiera dormir. Se me ocurrió irme a dormir al mueble de la sala, pero si mis padres me veían en ese lugar seria un problema. Podría suceder que la corrieran a la calle, llamaran a la policía o que mi madre me castrara. Así que no había más remedio que dormir en la misma habitación.
-          Dormiré en el piso – sugerí.
-          Eso no me hace estar más tranquila.
-          ¿Por qué?
-          Me siento incomoda durmiendo en la misma habitación con un chico que quiere una aventura y trae a una chica desconocida a su casa.
-          Yo me siento incomodo durmiendo en una chica que tiene tendencias suicidas.
-          Yo me siento incomoda durmiendo con un chico que en contra de mi voluntad me pueda desnudar y tomarme fotos para ganar dinero.
-          Yo me siento incomodo durmiendo con una chica que me puede asfixiar con una almohada mientras duermo.
-          Yo me siento incomoda durmiendo con un chico que me puede amarrar a la cama y tratar de hacerme algo al estilo 50 sombras de Grey.
-          Yo me siento incomodo durmiendo con una chica que me puede sacar los órganos mientras duermo y venderlos en un mercado negro.
Después de eso nos reímos como si fuéramos dos viejos amigos que se conocen de toda la vida. No entendía como alguien con un gran sentido del humor pensara en terminar con su vida. Me le quede mirando esperando comprender sus acciones, pero no conseguí nada. Saque la conclusión de que las personas son como las casas, por fuera se pueden ver espectaculares y hermosas, pero por dentro pueden estar desordenadas y sucias. La única forma de saberlo era entrando. Pero no quería preguntarle nada.
-          ¿Quieres saber por que quería saltar del puente? – pregunto ella al ver que me le había quedado mirando.
-          A menos que la respuesta sea que tienes el poder de volar y necesitabas un lugar alto para desarrollarlo mejor, realmente me interesaría saber la historia, de no ser así no quiero saber.
-          Eres un niño.
-          Este niño te salvó la vida.
Nos volvimos a reír. Apague las luces, agarre una almohada y me acosté en el suelo.
-          Buenas noches – dijo ella -. Espero amanecer con mi ropa puesta.
-          Buenas noches. Espero amanecer vivo.

El suelo se sentía frío por las mañanas, pero era ese frío disfrutable. No me quería levantar, quería pasar todo el día ahí, o hasta que el suelo dejara de sentirse frío. Pero algo interrumpió mi descanso gélido, sentía como una presencia que me observaba. Abrí un ojo lentamente, y efectivamente si había alguien observándome. Acostada en el borde de la cama, observándome como una acosadora por excelencia, estaba esta chica con sus ojos saltones. Abrí mi otro ojo y sostuvimos una lucha de miradas la cual perdí porque ella no parpadeaba, comenzaba a pensar que se había muerto en esa posición. Estiré mi mano para comprobar que siguiera viva, doble mis dedos dejando el índice y el grosero extendidos para empujar suavemente su cabeza. Pero cuando estuve cerca ella golpee mi mano como si tratase de matar un zancudo. Mi mano quedo ardiendo.
-          ¿Se puede saber que intentas hacer?
-          Estoy concentrando mi “cosmos” en la punta de mis dedos para hacer explotar tu cabeza.
-          ¿Por qué no usas tu “cosmos” para madurar?
-          ¿Por qué tú no aprendes a decir oraciones que no sean solamente preguntas?
-          ¿Por qué no…?
Su pregunta quedó inconclusa cuando escuchamos la puerta, alguien trataba de entrar. Me levante de un brinco en dirección a la puerta, me quite la franela y se la lancé en la cara a la chica preguntona. La puerta se estaba abriendo con suavidad, mi madre siempre la abría así en las mañanas para no despertarme bruscamente. Detuve la puerta escondiéndome detrás de ella. Mi mamá pegó un brinco del susto.
-          Que bueno que ya estés despierto – dijo mi madre después de pasar el susto -. Ya me voy al trabajo, tu desayuno esta en la mesa.
-          Gracias mamá.
-          ¿Por qué empujas la puerta? Te veo como nervioso.
-          Es que estoy completamente desnudo.
-          ¡Ah! Entiendo. Bueno, me marcho.
-          Adiós.
Cerré la puerta y solté un suspiro tan largo como para inflar un globo. Di media vuelta y me senté en la cama, nuevamente sentí una presencia que me observaba. Ahí estaba ella, con sus ojos sobre mi y mi franela en su mano. Era más que obvio que se había enamorado de mi, desde joven he tenido un gran físico, mi franela tenia impregnado mi olor a hombre, y además era el héroe que le había salvado la vida. Esas razones eran suficientes para que ella cayera perdidamente enamorada de mí. Me acomodé en la cama con una pose sexy, sonreí mostrando los dientes, estaba creando un ambiente.
-          Deja de suponer idioteces – dijo con brusquedad -, necesito darme un baño.
-          Ah…eh…bañarte…oh si, si claro, me lo suponía. El baño se encuentra pasando la cocina.
Me sentía avergonzado por mis pensamientos impuros, realmente dejaba volar mi imaginación de una manera que no ayuda en nada. Mis pensamientos reflexivos tenían interferencias, giré a un lado y ahí estaba ella mirándome con frialdad. Me le quede mirando esperando conseguir respuesta, pero también soy malo para entender el comportamiento humano, y es ultra difícil entender a una mujer.
-          ¿Acaso quieres que me desnude al frente tuyo y camine desnuda por la casa?
-          Sinceramente lo siento, yo no… - no supe que decir.
Salí de la habitación, busque una toalla y me devolví para entregársela a la gritona. Abrí la puerta y ella estaba sin su blusa, así que sus sostenes estaban al aire libre. Su cara se puso roja, no estaba seguro si era de la vergüenza o del enojo, tal vez un poco de ambas. Ella agarro su blusa y se tapo, se que me dijo algo, pero mi oído dejo de funcionar cuando ella grito <FUERA> tan fuerte que hasta un sordo podría escucharla.
Me quede sentado afuera de mi habitación como un perro guardián, esperando estoicamente a la salida de lo que podía ser mi verdugo. Ella salió con una mirada que incluso intimidaría a un Pitt Bull con rabia. Me levanté para guiarla al baño. Si las miradas mataran ella me hubiera evaporado con su mirada.
-          Debo admitir que estoy completamente avergonzado…
-          Si sigues hablando te arrancare la legua.
-          Fomentando el amor, eso es bueno – Y me callé para no perder mi lengua.
Escuché caer el agua de la regadera, no había necesidad de que yo estuviera sentado afuera del baño esperando a esa chica, pero mi sexto sentido me decía que me quedara. Tenía muchas cosas que pensar, tenia que ir a clases, pero no podía dejar sola a esta chica. Si la dejaba sola en la casa podía suceder que ella nos robara, y si la dejaba en la calle podía volver a atentar contra su vida. Miedo, un joven que soñaba con aventuras tenía miedo. Dicen que alguien con valor no es aquel que no tiene miedos sino aquel que a pesar de todos sus miedos los enfrenta.
El sonido de la puerta arruinó mi extraordinario pensamiento filosófico salvador de mundos. Me levanté para asomarme a ver quién era, y entrando por la puerta era mi maravillosa madre. Por un momento pensé en ir a distraerla, pero la regadera estaba abierta y anteriormente le había dicho que estaba desnudo, nadie se desnuda para abrir la regadera, luego ponerse un pantalón para ir por la casa para después volver a desnudarse para bañarse, esa rima no fue planeada. Así que mi única opción era meterme en el baño. Entre al baño con los ojos cerrados para evitar problemas con “miss problemática”.
-          ¿Qué haces aquí?
-          Cállate, mi mamá volvió, así que guarda silencio.
Estar escondido en un baño es una cosa, pero estar escondido en un baño con una chica desnuda es algo completamente distinto. Por más heroico que traté de ser, seguía siendo un hombre, además que el agua también caía sobre mi cuerpo elevando más mis pensamientos. Ya la había visto en ropa interior, solo con pensar en eso deseaba voltear para dar una miradita. Gire solo un poco mi cuello cuando inmediatamente sentí su cuerpo en mi espalda, eso se estaba volviendo una película para adultos, mi corazón iba a explotar de la felicidad.
-          Si llegas a voltear te matare de la manera más dolorosa para un hombre.
Trague saliva profundamente, mi escena romántica con una chica a mi espalda se había vuelto una película de terror donde el asesino se pone en tu espalda para matarte. Mi cuerpo se entumeció del miedo, estaba seguro que lo último que vería antes de morir no iba a ser un cuerpo desnudo sino la cara de la niña del aro cuando sale del televisor.
-          ¿Puedes creer que olvidé unos papeles importantes de la oficina? – aunque quería responderle a mi madre, mi cuerpo no reaccionaba -. No dures tanto en el baño o llegarás tarde a clases.
Debieron pasar dos minutos antes de que mi cuerpo se moviera por una fuerza externa que me sacó del baño tan bruscamente que debió mover unos cuantos huesos en mi espalda. Busqué algo de ropa y una toalla para cambiarme en la habitación de mis padres, quería evitar mas problemas con Tarzana reina de las monas.
Fui a la cocina para desayunar, iba a pasar un buen rato comiendo para no toparme durante un largo tiempo con esa fémina con fuerza de hombre. Pero me detuve al darme cuenta que ella tampoco había desayunado, así que comí solo un poco y deje más de la mitad para ella.
Antes de entrar a mi habitación toqué la puerta, era algo realmente humillante tener que tocar para poder entrar en mi propia habitación. Esa chica tira por el piso la frase “Como perro por su casa”, que fastidioso era todo aquello. Espere a que me diera permiso para entrar, por precaución entré como un ladrón a una casa para robarla. Ella estaba de pie secándose el cabello.
-          Veo que te volviste a poner la misma ropa.
-          No  toda. No empaque más ropa porque no estaba segura si en el más allá tendría tiempo de cambiarme por si veía a otra muerta con la misma ropa que yo.
-          Y eso para una mujer es como para morirse.
Ambos nos reímos, aunque no entendía eso de “No Toda”, yo la veía con la mismas fachas. Todo se veía igual hasta que vi mi cama, sobre ella se encontraba extendido como una bandera nacional un sostén y una pantaleta. La miré a ella, luego a su ropa interior, nuevamente a ella, otra vez a su ropa interior, a ella, su ropa.
-          Deja la estupidez.
Su cara me dio tanto miedo que me contuve de volver a mirar su ropa interior.
-          ¿Y ahora qué haremos?
-          Yo tengo que ir a clases – ella puso como una cara de decepción -. Pero no iré porque me quedaré contigo. Eres la aventura que tanto he buscado.
-          Muy bien – dijo con una sonrisa que la hacia ver hermosa -. Tengamos una aventura.
-          No pensé que me lo dirías de esta manera, pero bueno. Antes de empezar quiero decir que me gusta estar arriba, ya sabes…
-          ¡Esa clase de aventura no, idiota pervertido!
Antes de comenzar una aventura mal planeada pasamos por un supermercado para comprar chucherías. Me alegra haber reunido dinero durante tres meses, porque esa chica agarra tanta chuchería como si planeara viajar por tres días seguidos. Terminamos de hacer las compras y ella ya estaba lista para la aventura, en cambio yo estaba en el suelo llorando, en mi cartera solo quedaban tres billetes. Lo que más me entristeció fue que comprara un mapa incluso cuando le dije que yo me sabía la ciudad, la había recorrido muchas veces.
Ella desplegó el mapa, lo miraba muy detalladamente y eso me asustaba. Mi papá una vez me dijo “Hijo, cuando veas a una mujer muy concentrada en algo, tenlo por seguro que pasarás trabajo”. Pero mis miedos se avivaron cuando ella me miró con una sonrisa que las chicas solo deben hacer cuando están enamoradas.
-          Iremos al parque Bella Vista.
El parque Bella Vista es lo que su nombre indica, se le llamo así cuando un aventurero iba caminando, se detuvo en una colina para ver la vista y dijo que lo que había visto fue bello. Y esa es la historia del nombre, ¿Qué esperaban, creyeron que era una historia extraordinaria? Isaac Newton descubrió la gravedad cuando una manzana le cayó en la cabeza, eso tampoco es una gran historia, solo un tipo durmiendo bajo un árbol y que despertó sin hambre. Volvamos a mi historia.
-          Piensas radicalmente y eso te hace estar completamente loca.
-          ¿Algún problema?
-          No realmente. Solo que ese parque esta al otro lado de la cuidad.
-          ¿Y eso que? Tenemos un vehículo.
-          Si, tenemos un vehículo el cual funciona con la fuerza de mis piernas. Si voy solo llegaría rápido, pero como ahora debo llevar un peso extra, debo aplicar mas fuerza.
-          ¿Me estas diciendo gorda?
-          Déjame decírtelo de una manera que entiendas – lleve mis manos a mi cabeza y extendí los dedos índice como si fueran cuernos -. Muuuuuuuuu.
-          Pues tú…tú… eres un bobo mal hablado amante del sufijo “mente”. Radicalmente, extraordinariamente, completamente, realmente, mente, mente, mente. Lee libros y aprende más adjetivos.
Ella tenia razón, durante toda esta historia he usado el sufijo “mente” en varias ocasiones, algunas creo que fueron innecesariamente, oh, con esa van 28 veces.
Terminada nuestra pelea emprendimos el rumbo a nuestro destino. Pero antes haríamos tres paradas, unos lugares que ella quería ver. Me hubiera gustado poder opinar ese día, pero ella no me dejó. Mi mayor  problema era que yo tenia razón, tuve que hacer mucho esfuerzo pedaleando. Para evitar mayores complicaciones evite las avenidas y sus vehículos a toda velocidad. Otro problema fue cuando yo frenaba, sentía el cuerpo sin ropa interior en mi espalda, eso compensaba mi gran esfuerzo.
Nuestra primera parada fue en el viejo tren abandonado. Hace años en nuestra cuidad funcionaban los trenes, pero hubo un accidente y dejaron de usarlos por un tiempo hasta que llegó el momento en que los olvidaron. Solo un tren volvió a la vida cuando a alguien se le ocurrió ubicarlo en un lugar donde sirviera como atracción turística. El 80% de las personas que van a ese lugar son las familias que quieren compartir un momento agradable; el 17% son esas personas que van solo a tomarse fotos para alardear; y ese 3% restante son esas parejas que van solo a besarse y escribir en algún lugar del tren “María y Juan se amaran por siempre”, estoy seguro que las parejas que hacen eso solo duran unos meses y luego terminan.
Nosotros debemos ser ese 17%, porque no somos una familia y mucho menos una pareja, el polo norte y el polo sur tienen más posibilidades de ser pareja que yo con esa chica.
Ella disfrutaba alegremente la primera parada del tour, yo andaba preocupado por mi bicicleta, al guardia que le dejemos el cuidado de mi precioso tesoro tenía más apariencia de delincuente que de guardia.
-          Este lugar es espectacular.
-          Si, genial. Pero seria mas espectacular que este tren estuviera en movimiento, así sea dándole una vuelta tonta a la cuidad.
-          No pareces ser alguien que quiera una aventura, eres un poco aburrido.
-          Yo no soy aburrido, todo esto es aburrido.
-          Tienes razón, no eres aburrido, eres un idiota que sueña con idioteces.
-          Si, a veces pienso que mi sueño de tener una aventura es una idiotez, pero luego recuerdo que hay personas que sueñan con la paz mundial. Eso me ayuda a estar tranquilo. 
No podía considerar eso una aventura, solo estaba en un lugar aburrido el cual tenia como único objetivo divertir a las familias y parejas.
Aunque yo estaba aburrido, ella se veía feliz, ella si disfrutaba el lugar. 
Después de esa aburrida parada fuimos a la siguiente en la lista, el Jardín Colgante; si, es una clara referencia a los jardines construidos en Babilonia. Debo aclarar que lo que mayormente comparten es el nombre. El lugar era un parque con muchas flores, arboles y arbustos muy bien decorados, su mantenimiento era impecable, era tan cuidado que incluso podías ser multado por arrancar una flor. Estaba planeado que se llamara el jardín del edén, pero alguien considero que eso seria algo irrespetuoso, así que dejaron lo de jardín y le agregaron lo de flotante porque se ubicaba en una de las partes alta de la cuidad. Que poco imaginativo los nombres de los centros de atracción de esta ciudad.
Ese lugar si me pareció más interesante, en especial cuando rodamos por la colinita, eso me hizo sentir que era un niño otra vez. Incluso fue divertido cuando fuimos a la pequeña laguna donde habitaban los patos. Ella les lanzo un pedazo de pan, yo le dije que era muy amable de su parte visitar a su familia para darle de comer. Fue un buen chiste, lo único malo fue que me dio un golpe tan duro que sentí que una de mis costillas derechas paso al lado izquierdo.
Nos fuimos a un lugar algo alejado de la vista humana para almorzar sin ser regañados.
-          Este lugar es hermoso y divertido – dijo ella después de tragar.
-          Tienes razón.
-          ¡Wow! Tú también piensas que es divertido, yo pensaba que eran cosas mías.
-          Tu sarcasmo es tan obvio que incluso los patos lo notaron.
-          Tus ideas de aventura son tan tontas que incluso los tres chiflados piensan que eres un idiota.
-          ¿Tienes algo en contra de ellas?
-          Si, son bobas. Eso que sueñas solo pasa en las películas. Este es el mundo real, todo es aburrido, pero como leí en un libro muy hermoso “Debemos disfrutar los pequeños momentos de la vida e inmortalizarlos eternamente”.
-          El autor de ese libro es más idiota que yo al decir esa frase. ¿Qué pasaba por su mente en ese momento? ¿Acaso lo había dejado una novia y quería cortarse las venas?
Discutimos un buen rato por eso.
Vimos las flores por última vez y partimos a nuestra siguiente parada. En mi opinión, al lugar que nos dirigíamos era el mejor de todos, el mirador al cielo (en serio ¿que onda con estos nombres?). Se trata del edificio más alto de la ciudad, pero eso no era todo, sino que su infraestructura era distinta a los otros edificios. Mientras los otros edificios tenían forma cúbica, el mirador al cielo tenía  forma cilíndrica. Todo era un círculo, las oficinas, las ventanas, las escaleras de caracol, creo que ya entendieron. Pero lo mejor de todo estaba en la azotea, ahí podías ver toda la ciudad, desde donde comienza hasta donde termina. Y como se trataba del edificio más alto te sentías más cerca del cielo, de ahí su nombre tan poco original. Pero para nuestra alegría, el lugar abría a las 3:00 pm, así que tuvimos que esperar sentados en una banca hasta que abrieran.
Sacamos un paquete de chocolates, muy caros, para comer mientras esperábamos.
-          ¿Alguna vez has venido a este lugar? – pregunto, ella de la nada.
-          Una vez. Cuando era niño. Vine con mis padres.
-          ¿Fue divertido?
-          Si, excepto en la parte que le dije a mi papá que yo podía volar. El fue quien voló cuando vio que me acercaba al barandal.

Ella se rió tanto que se le salieron las lagrimas.
-          ¿Entonces desde niño has tenido ese complejo de aventurero?
-          De niño era más imaginativo, soñaba con ser un superhéroe, hacia cosas que otros niños no harían.
-          ¿Y que decían tus padres?
-          Me llevaron a psicólogos pensando que había con problema conmigo, pero nunca encontraron algo malo en mí, solo mucha imaginación. Con el tiempo mis padres dejaron de preocuparse y se volvieron como los padres de las caricaturas, no tienen ni la menor idea de lo que hacen sus hijos.
-          ¿Eso te afecto en algo?
La mire levantando las cejas, lo que la hizo reír.
-          Estaba tan concentrado cavando un hoyo en el patio de mi casa para llegar a china que nunca le pare a la falta de atención de mis padres.
-          ¿Entonces todos los días busca una aventura para no prestarle atención a…?
-          Lo aburrida que es la vida.
Como éramos los únicos esperando fuimos los primeros en entrar, se podría decir que el lugar era solo para nosotros antes de que alguien más llegara. Yo pensaba que íbamos a ir a la azotea inmediatamente, por eso fui directo al ascensor, pero ella dijo que veríamos todo el lugar y que subiríamos por las escaleras de caracol. Sonaba divertido, excepto por la parte de subir por las escaleras un edificio de 30 pisos, me alegre de no haber botado las bolsas de la chuchería porque las iba a necesitar para vomitar.  
Cada piso tenia sus detalles, no contaré cada uno porque me extendería mucho, solo contaré los que más llamaron mi atención.
El piso infantil, un lugar donde podías ir con tus hijos pequeños y dejarlos jugando, me llamó la atención porque vi la piscina de pelotas y me hizo desear ser un niño otra vez. El piso del arte, estaba dedicado a esas personas que aspiraban a ser pintores, si tenias talento solo tenias que llevar tu pintura la cual competiría con otras y las mejores serian exhibidas durante todo un mes. El piso de la música, como éramos los primero ese piso estaba vació, este piso es un poco parecido al de arte, si tenias talento tocando algún instrumento solo ibas allí y podías lucirte con otros músicos, algunos se hicieron famosos gracias a eso. Gran parte de los pisos era para ayudar a las personas con talento: El piso del cine, de los libros, de los dibujos y otros más. Entendí que no solo íbamos al mirador, era todo el edificio lo que fuimos a ver.
La vista era sorprendente, podía ver toda la cuidad, incluso podía ver mi casa. Ir a Bella Vista ya no tenia sentido, la vista desde el edifico no podía ser superada. Cuando echamos un vistazo los dos dijimos al mismo tiempo “WooooooW”. Pero ella decía que la otra era mejor, porque desde el edificio no se podía apreciar adecuadamente la puesta de sol como en Bella Vista, es tan espectacular que sentías que tenías el sol ceca de tu cara. Le dije que tenerlo tan cerca podría derretir su cara, aunque si la derretía la haría verse mejor. Eso sirvió para que mis hijos fueran maltratados.
Nos quedamos en ese lugar apreciando la vista y esperando a que pasara el tiempo, nos fuimos cuando el lugar se empezó a llenar de personas. Dimos unas vueltas en la bicicleta antes de llegar a nuestro último lugar. Quería comprar unos helados para pasar el rato augustamente, pero gaste lo que me quedaba de dinero en las entradas del mirador al cielo.
Llegamos al parque y duramos 10 minutos buscando esa colina que te permitía ver el ocaso al estilo película. Nos sentamos y esperamos el momento maravilloso por el cual fuimos a ese lugar. La vista de ese lugar también era genial, todo era tan tranquilo, la brisa tan suave que sentías que te acariciaba, una grama que no picaba, me gustaría describir más cosas, pero me las reservare para mí. El ocaso si fue como ella lo describió, fue una de las cosas más hermosa que he visto en mi vida.
Ella se puso de pie para ver mejor la vista, se volteo con una sonrisa, ella parada en frente del ocaso la hacia verse hermosa.
-          Me alegra haber venido contigo a este lugar.
-          Digo lo mismo.
-          Compartimos muy poco, pero siento como si hubiéramos vivido una gran historia, una muy larga.
-          Yo siento que nuestra historia solo son 12 páginas en Word.
-          Gracias por regalarme este día tan especial, estoy muy feliz de haberlo pasado contigo.
-          Estás un poco melosa, no hables así que me das miedo. Otro día podemos hacer lo mismo. Nos reuni… - no termine de hablar porque me moví rápidamente a ayudarla cuando vi que cayó  al piso. La sostuve en mis manos preguntándole que le pasaba. Ella no hablaba, solo sonreía mientras sus ojos se iban cerrando. Grité por ayuda como loco.
Una ambulancia nos llevó al hospital, fue internada de urgencias. Los padres de ella llegaron media hora después, se les veía preocupados y angustiados. Su padre me agarró por la camisa y decía que yo era el culpable, lo primero que le dije fue “púdrete”, me culpaba de algo que yo no sabia. Su madre, una mujer amable e idéntica a su hija, fue que me dijo que ella estaba enferma. Le dije que no quería saber más para no entristecerme, pero en realidad lo hice porque quería conservar ese aire de misterio que ella tenia. Mis padres también llegaron al hospital, pensaron que algo me había sucedido.
Tres días después me encontraba con mi mejor traje negro despidiendo a mi amiga misteriosa. La razón por la que la encontré en un puente es porque sin importar si se lanzara o no igual partiría de este mundo. Durante esos días previos a su entierro analice sus palabras, no la salve de la muerte pero si le pude dar un último día extraordinario. Esa chica si tomo literalmente el dicho “vive la vida como si fuera tu ultimo día”. Me alegra saber que fui parte de ese ultimo día, un día maravilloso, uno distinto a los demás, uno que te alegrara la vida a pesar de todo lo malo que sucede.
Desde que era niño el mundo siempre me pareció un lugar aburrido, siempre lo vi como el parque de diversiones más aburrido del mundo. La vida consistía en lo mismo, levantarse temprano para ir a la escuela, convivir con familiares y amigos, ir a la universidad, graduarse, trabajar, ganar dinero, casarse, tener hijos, mantener una familia, llegar a viejo y al final sentarse en una silla pensando en lo aburrida que fue nuestra vida. Morir sin haber logrado algo que sea recordado por los años, algo por lo cual estar en los libros de historias, simplemente ser alguien más que pasó por esta vida.
Ese siempre fue mi pensamiento, pero todo cambio cuando conocí a la chica del puente. Ella me enseño que una gran aventura no es tan solo salvar a tu país de un ataque terrorista, una invasión extraterrestre o zombie. Una aventura es cuando estás presente en tu familia, compartiendo con ellos, ser un buen padre e hijo. No es necesario ir a lugares paradisiacos para tener una aventura, puedes tener una aventura en un lugar simple y hacer cosas extraordinarias en el. Una buena aventura es cuando luchas por tus sueños hasta hacerlos realidad, y una vez en la cima de tus sueños ver esa maravillosa vida que tienes al nunca darte por vencido. Una gran aventura también puede ser cuando te olvidas de tus problemas para ayudar a otra persona, hacerla feliz. Esos simples actos pueden ser una gran aventura, hasta lo más simple se puede convertir en algo que valga la pena vivirlo, escucharlo, verlo o sentirlo. El mundo sólo es eso, el mundo. Somos nosotros quienes lo hacemos un lugar divertido o aburrido, un lugar donde valga la vida o no. Pero para lograrlo solo debemos salir a buscar una aventura.